"El Mago Merlín: Una hisoria que nadie conoció"

Escrito por: Yenny Carolina Torres Gil.

Corrección de estilo por: Ángela Liliana Cubides.

Esta es la historia del mago Merlín, no es cualquier mago, es curioso y juguetón, vive en el país de las maravillas, al que Alicia un día visito. Un país donde hay especies raras, mariposas de colores, burbujas que salen del mar y risas de niños alegran el lugar.

Este mago ha vivido muchas historias, pero la más interesante es llamada por Merlín “un hechizo sin querer”. Cuenta Merlín que un día curioso, como todos, decidió tomar un viaje para conocer nuevas cosas de su país, pues como su nombre lo decía es un país maravilloso, Merlín camino entre selvas, ríos y caminos tan raros que no sabría como explicar, aquí sucede lo más curioso, Merlín vio una hermosa cascada donde desde lejos veía en un peñasco una rara quien necesitaba ayuda, suponía Merlín. En esos momentos Merlín dijo:

-¡Oh, Dios mío! Esa rana necesita ayuda, utilizare mis poderes mágicos y la salvare.

Pero lo que Merlín no imaginaba, es que aquella rana estaba tan lejos porque quería verlo, ya que desde hace mucho tiempo la rana estaba enamorada de Merlín, pero no como cualquier amor dulce, sino como La bruja del 71 ama a Don Ramón o como Pucca ama a Garu, ¿se pueden imaginar que

tan intensa seria esta rana al ver a Merlín tan cerca? Sus ojos se convirtieron en corazón, solo quería besarlo…

Desde abajo, Merlín saco su barita, y dijo las palabras mágicas:

-“Sin Salabín Jazam” y enseguida aquella rana se convirtió en una doncella pero no cualquier doncella, en una con cara de rana.

Merlín al ver esto, dijo:

-¡Oh! ¡Oh! ¡Ummpss! Como que cometí un error, sin querer convertí a esta rana en una doncella.

Pero la sorpresa de Merlín le esperaba era tan grande y tan chistosa. Al bajar la rana de allí solo quería besar a Merlín diciendo estas palabras:

-Merlín, amado mío, te amo, te amo con todo mi corazón.

-Enseguida Merlín pego un salto y de allí salió corriendo como un rayo, diciendo:

-¡hay! Cometí un hechizo sin querer.

Y aquí termina esta historia, un poco rara y divertida, pero no te olvides de Merlín, pues esta historia continuará…